jueves, 1 de octubre de 2015

... sin conocerte.

Te conocí, sin llegar a conocerte...

"Es curioso, como cuando quiero hablar de estas cosas... no logro sacar una primera oración adecuada para empezar la historia. Son tantas las cosas que me gustaría decir, y tan pocas las ganas que tengo de hacerlo. Me enseñaste tanto, y aprendí tan poco... Saber que si no te hubiera conocido, nada habría cambiado. Nada, excepto yo."

Aveces, las personas cambiamos. Y no solemos darnos cuenta, hasta que vemos grandes diferencias con el pasado. Cuando asimilamos el cambio, tan solo podemos ver las diferencias... las ventajas e inconvenientes entre dos épocas ajenas. Pero el cambio no importa. El resultado, no importa. Las ventajas y los inconvenientes, no importan. El ¿Por que? de ese cambio... si importa.

Hace tiempo, conocí a una persona. No era nadie en especial, no por aquel entonces. Solíamos conversar mucho, pero una diferencia de edad y una barrera psicológica e intelectual, nos separaba a distancias estelares.

Era una persona alegre, positiva, orgullosa y confiada, pero eso no la hacia ingenua, ni arrogante. Era inteligente y perspicaz, y a su vez, abierta de mente hacia un mundo de nuevas ideas. Solía contarme historias sobre sus hermanos, quienes vivían separados de ella, y de sus amigas. Sin embargo, yo era demasiado joven y no comprendía del todo muchas de sus palabras... pero me daba igual, me gustaba hablar con el/ella.

Al tiempo, ocurrió un problema, y perdí el contacto con esa persona. Sus ultimas palabras hacia a mi, decían que yo era un mentiroso. Palabras, que hasta hace poco.. todavía no había comprendido. Yo nunca había mentido a esa persona... sin embargo, le oculté muchas cosas, lo que hizo que el/ella pensara en explicaciones por mis actos, ya que yo no se las daba. Pero aun que no le mintiera nunca, sabia que yo era un mentiroso sin saberlo.

Tras perderla... lo pasé mal, no estaba en una buena época, y eso no lo mejoró. Fue lo que muchos consideran.. "Breve pero intenso". Cuando la perdí, cambié. Pasé semanas, días, años pensando en que hice mal... Sin embargo, en ese tiempo, cambié... cambié mucho y aprendí mas todavía.

Hoy en día, me consideran una persona alegre, positiva, orgullosa y confiada, pero eso no me hace un ingenuo ni un arrogante. Soy inteligente y perspicaz, y a la misma soy de mente abierta a nuevas ideas. Nunca dejaré de sorprenderme de lo mucho que me enseñaste... sin ni siquiera llegar a conocerte.

- Atentamente, Chaarlis Me.